Por un tiempo ya se ha especulado que el BOE sería el primero de los bancos centrales grandes en subir las tasas. Recientemente ha sido en enfoque luego del giro en la retórica del banco desde el empleo hacia la inflación.

Si bien el IPC ha sido relativamente baja, está por encima de la meta. Y el BOE no se ha comprometido a tolerar inflación más alta para compensar una deflación anterior.

Ayer, los mercados ajustaron sus expectativas para cuando el BOE subirá las tasas, fijándolas en la reunión de diciembre.

Queda una sola reunión antes de eso, y el consenso es que el BOE dará algo de aviso de que viene el alza. Lo que significa que hay bastante anticipación antes de esa reunión del 4 de noviembre.

Qué estamos buscando
Naturalmente, eso implica un enfoque en los datos que se publicarán.

Las cifras de inflación que se publicarán mañana serán los últimos antes de la próxima reunión del BOE, así que de seguro recibirán mucha atención. No sólo podría haber una reacción inmediata en el mercado, sino que podría marcar la senda para el mercado por el resto del mes.

La inflación general está pronosticada a repetir la cifra del mes pasado en 3,2% anual. Eso está bien por encima de la meta del 2,0%.

Sin embargo, el banco central se preocupa más por la cifra subyacente, lo que no incluye la variación en los precios de alimentos y energía, los más volátiles particularmente en estos meses.

Dónde podrían estar las complicaciones
El IPC subyacente está previsto mostrar un leve descenso a 3,0% desde los 3,1% anteriores. Desde luego, igual está bien por encima de la meta.

Sin embargo, una tendencia a la baja podría ser una indicación de que la inflación será transitoria, tal como lo vaticina el BOE. Eso reducirá la presión sobre el banco para actuar rápidamente, y podrían considerar una pausa en subir las tasas para seguir apoyando a la economía.

En esa línea, la clave podría estar en la variación mensual, pues es un indicador más ???rápido???, mostrando lo que está pasando ahora. A diferencia de la comparación anual, que considera un lapso de un año completo. La inflación mensual está pronosticada a caer a 0,4% desde 0,7%, una desaceleración notable.

Armando el puzle
El mercado se ha ajustado a estas expectativas, entonces la pregunta es qué podría pasar si no se cumplen los pronósticos.

Si baja notoriamente la inflación, podría llevar a que los inversionistas piensen que el alza será más tarde. Implicaría una libra más débil y apoyaría a la bolsa.

Por otro lado, podría ser que no baje la inflación en el corto plazo, o se acelere. Probablemente confirmaría la expectativa del mercado que el BOE subirá las tasas, impulsando a la libra.

Sin embargo, el consenso de que el BOE no actuará de sorpresa es bastante firme, entonces es poco probable que el mercado ajuste sus pronósticos para el alza en noviembre.

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