Usualmente, cuando un jefe de un banco central termina su mandato, por lo general va al sector privado o el mundo académico.

Tal fue el caso del ex-presidente del BCE Trichet, por ejemplo, que generalmente evitaba salir en los titulares. Ben Bernanke pasó a integrar a Brookings Institution.

Generalmente, la idea es dejar el escenario despejado para el sucesor quien tiene que velar por la economía. Si bien es una tradición, no es para nada un requisito, como lo demuestra la ahora Secretaria Yellen.

Mario Draghi es comparativamente joven, y ya mostró interés en la política de su país. Hace un par de años fue considerado como un candidato a primer ministro, aún antes de terminar su mandato en el BCE.

Ahora parece que finalmente llegó su oportunidad para formar lo que se está bautizando como un gobierno de unidad. Es importante para los mercados, pues Italia es la tercera economía más grande de la zona Euro. Y también Italia es el país que más le preocupa a los inversionistas en cuanto al futuro del Euro.

El punto preocupante
Recordemos que la razón por la que el gobierno de Conte llegó a su fin fue por desacuerdos respecto a cómo gastar los fondos de estímulo que llegarán de la UE.

Draghi, teniendo más experiencia en Bruselas, presumiblemente tendrá un mejor manejo del tema. Su posición no política en el BCE le permitió evitar las fricciones políticas usuales que socavan las administraciones de los jefes de gobierno.

Fue seleccionado precisamente para tratar de reparar las divisiones en la legislatura italiana, donde algunos partidos veían oportunidades en las próximas elecciones. Hasta que la matemática electoral se vuelva a calibrar, probablemente Draghi pueda contar con apoyo ámplio en la legislatura. Pero eso no quiere decir que podrá hacer grandes reformas.

Qué podría pasar en un gobierno de Mario Draghi
Se espera el anuncio de un nuevo gobierno para el lunes. En el entretanto, Draghi sigue negociando con los partidos, ya con amplio consenso sobre cómo gastar el ???dinero gratis??? que viene de Bruselas.

Pero si trata de ir más allá con su programa, podría tensionar la parte de unidad de su mandato. Hasta ahora, ha sido bastante reservado en cuanto a sus planes, que le permite tener más espacio para negociar, recordando que no tiene un mandato popular.

Las posibles iniciativas que se han dado a conocer son más bien de carácter adminiivo, como extender el año escolar, y aumentar la velocidad de las vacunaciones.

Un poco más controversial son propuestas no definidas sobre reformar el sistema tributario y judicial. Pero más allá es difícil ver cómo podría lograr un acuerdo amplio entre partidos con visiones contrapuestas en muchos temas.

¿Y el impacto sobre el mercado?
El anuncio del Presidente Mattarelli que había seleccionado a Draghi hizo bajar los rendimientos italianos un poco.

Las encuestas muestran que los euro-escépticos llevan la delantera en una posible elección, que gracias al gobierno de Draghi queda postergado. Así se previene un poco de estrés sobre el Euro. Otro factor es que se espera que el nuevo primer ministro tenga una relación más cordial con la Eurocomisión.

Por otro lado, es poco lo que puede hacer Draghi para impulsar a la economía en las circunstancias actuales. Ya Italia excedió su presupuesto, fondos adicionales se deciden a nivel de la UE, y el BCE tiene mayor influencia sobre los rendimientos. Entonce, si bien Draghi puede dar una ayuda psicológica, no se espera muchos cambios prácticos.

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